Aun en tiempos digitales, el folleto publicitario impreso sigue siendo imprescindible entre las acciones empresariales de comunicación. Se trata de un recurso sencillo de ejecutar, económico y, por lo general, útil para conseguir visibilidad y presentar empresas, productos o servicios. ¿Piensas que podría resultar interesante para tu marca invertir en ellos? Sigue leyendo, vamos a despejar tus dudas.

¿Qué son los folletos publicitarios?

Son cartas de presentación de una empresa o su catálogo. Están impresos sobre papel u otro material semejante y se dirigen a los clientes, los accionistas, los proveedores, los colaboradores o el público en general.

Se utilizan para hacer llegar información valiosa a los destinatarios. Además, sus contenidos y su diseño generan una imagen en la mente del público. Un buen trabajo creativo, lógicamente, conseguirá causar el efecto deseado.

Su tamaño es inferior al de los catálogos, los libros o las revistas, aunque también los hay de gran formato. En estos casos, suelen incluir muchos plegados para convertir en manejable el tamaño final.

Su función es múltiple. En las ferias y los eventos, se reparten para aportar información útil al público asistente. En otras ocasiones, se convierten en un recordatorio sobre la conversación o la negociación mantenidas. Y, también a menudo, sirven para que un intermediario pueda hacer llegar el contenido al potencial comprador.

Suelen incluir, también, datos técnicos, gráficos, fotografías y otros elementos valiosos. A su función informativa añaden, sobre todo, un enfoque claramente persuasivo, publicitario y seductor. Una vez en manos de su público, representan a la marca y sus valores. Son, en definitiva, un escaparate portátil que los posibles interesados se llevan consigo.

¿Qué tipos de folleto publicitario existe?

A continuación, presentamos cuáles son las principales clases de folletos disponibles en el mercado:

  1. Flyers difusoras: Es una hoja volante, impresa a una o a dos caras, que solo tiene un cuerpo. Es el formato básico y, por lo tanto, el más barato. Aunque a menudo se incluye como encarte en otras publicaciones, también puede entregarse en mano, por ejemplo, en la puerta de las tiendas, restaurantes o discotecas para animar a entrar. En tu buzón de casa seguro que has recibido alguna hace no mucho.
  2. Díptico: Es un material impreso con dos cuerpos; es decir, tiene un total de cuatro páginas. Cumple una función similar al anterior, aunque permite incluir más información y organizarla de modo más controlado. Por lo general, la portada despierta el interés, el interior desarrolla las ideas y la contraportada llama a la acción.
  3. Tríptico: Tiene tres cuerpos (seis páginas) y cierta capacidad de desarrollar un contenido amplio. Así, se usan mucho como material de mano en rutas turísticas o como guías artísticas en museos. Requieren, eso sí, crear niveles de lectura en el texto, con titulares y ladillos, para facilitar la exposición y comprensión de la información.
  4. Cuadríptico: Con cuatro cuerpos (y ocho páginas), es la versión plus de los anteriores. Su capacidad es mayor: ese cuerpo adicional permite incluir más información o, mejor aún, fotos más grandes e impactantes.
  5. Políptico: Presenta más de cuatro cuerpos. Son habituales en planos y mapas. Al desplegarlos por completo, llegan a adquirir un gran tamaño.

Según el tipo de plegado

Otro factor diferencial es cómo se pliega, lo cual influye en la organización, presentación y orden de visualización del contenido. Los plegados más habituales son:

  • Plegado en acordeón:  Consta de dos o más plegados en paralelo, pero hay que crear cada uno de ellos en dirección opuesta al anterior. Es la modalidad más indicada para aquellos folletos que tienen muchos cuerpos, exceptuando el doble (trípticos, cuadrípticos o polípticos). Habitualmente se utiliza un grosor de papel menor para facilitar el plegado. Cuando se abre, puede hacerse tanto desde la parte derecha como desde la izquierda. El contenido tiene que estar dispuesto de tal manera que tanto si se abre por un lado, como por otro, mantenga la esencia del mensaje que se quiere transmitir.
  • Plegado en ventana: Es el tipo de plegado donde los dos cuerpos exteriores se pliegan hacia el interior. Una vez realizado se vuelven a plegar las palas o cuerpo resultantes.  En este caso también se requiere a nivel técnico las caras exteriores tengan 2 mm menos para facilitar el plegado posterior.
  • Plegado envolvente o en cilindro: Consiste en que los pliegues se doblan sobre sí mismos. Cuando se despliega, el lector accede al texto o información de forma gradual, primero un cuerpo y luego otro.
  • Plegado en cruz: Es seguramente la modalidad de plegado más compleja. Ademá,s requiere que los contenidos e información estén organizados de manera coherente y de forma independiente unos de otros. Es el plegado más utilizado para mapas de carreteras, callejeros o planos. Se puede realizar un plegado que de cómo resultado 8 caras, 16 caras e incluso 32.

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