Preparar una imagen para impresión en gran formato es indispensable para unos resultados de calidad. A la hora de diseñar tu anuncio para una valla publicitaria o para una lona se hace necesario prepararla adecuadamente para el formato que va a ocupar. De otro modo, acabarás con una imagen borrosa o con fallos de impresión.
Un proceso sencillo
Es fundamental que elijas un programa adecuado para adaptar la imagen al formato que necesites. Para este fin suelen utilizarse dos tipos de programas: los que usan mapas de bits y los vectoriales. El mejor representante de la primera clase es Photoshop, un software potente y muy utilizado; dentro de los vectoriales, Illustrator es una de las opciones más interesante.
Una vez te hayas decidido por uno u otro, el siguiente paso consiste en verificar el tamaño y la resolución de la imagen. Esto afectará a la calidad de la impresión en gran formato y a cómo se va a ver. Además, es esencial ajustar la escala con la que vas a trabajar la imagen, ya que el peso del archivo sería demasiado grande como para pasarlo de un ordenador a otro.
Lo ideal es adaptar tanto la resolución como la escala al tamaño de la lona o la valla en la que aparecerá la imagen. Así, tendrás la seguridad de que no habrá problemas con la impresión y el archivo será mucho más manejable.
Otro aspecto que tener en cuenta es el método de impresión, el cual afectará a cómo verá la imagen el público. Asimismo, el material también te exigirá una resolución u otra. Por ejemplo, para una lona no tiene que ser muy grande, algo que no ocurre con el vinilo.
Junto a esto, el modo de color que elijas afectará a la calidad de la imagen. Por suerte, en la actualidad suele elegirse el RGB cuando se encargan grandes formatos, ya que ofrece unas mejores prestaciones y un colorido más nítido.
Por último, no olvides el tipo de archivo que entregarás a tu impresor. Cada uno de ellos está orientado a un tipo de impresión concreto y te ofrece mantener una calidad u otra. En este caso, es recomendable utilizar el formato JPG al estar pensado para imágenes que se verán a larga distancia. Sin embargo, para cortas existen tipos de archivos como el TIFF y el PDF, los cuales resultan más adecuados y son más pesados, por requerir más calidad de imagen.
En definitiva, sigue estos pasos para preparar una imagen para imprimir en gran formato sin sustos. Así, conseguirás unos resultados ajustados a tus necesidades y de una calidad fuera de toda duda. Además, el proceso, como has podido ver, no encierra grandes secretos ni es excesivamente complicado.