Dentro de la industria de la serigrafía, la última tecnología en llegar ha sido la impresión digital, con unas máquinas que comparten ciertas similitudes con las tradicionales de la impresión offset. En las imprentas grandes o medianas podemos encontrar ambos tipos de impresión, que tienen sus diferencias también, aunque en un futuro podrían converger. Al menos en calidades logradas y mismos usos.
De momento, debemos hablar de estas dos tecnologías por separado, a pesar de que en ambos casos imprimimos en un soporte de papel con tintas minerales o vegetales dentro de un espectro de cuatro colores básicos. Son el cían, el magenta, el amarillo y el negro.
¿Qué es la impresión offset?
En este sistema, la imagen deseada se crea primero en una plancha matriz de aluminio para después ser transferida a un soporte de caucho y, finalmente, imprimirse en la hoja. Su funcionamiento se basa en la repulsión química y física que se da entre sustancias grasas y el agua.
¿Y la impresión digital?
Por su parte, la impresión digital parte de un archivo que está diseñado y que pasa directamente a la máquina donde se reproduce a través de una plancha virtual. Esta tecnología actúa sobre la matriz mediante cartuchos líquidos de tinta que reciben una carga eléctrica. Luego se traspasa el caucho y después al papel. Garantiza máxima adherencia.
Diferencias entre ambas
Realmente, del primer tipo de impresión al segundo lo que hemos experimentado ha sido un cambio de las planchas analógicas a las digitales. Aunque las diferencias se están diluyendo, las ventajas de la tradicional son poder imprimir grandes tiradas de manera más económica y rápida, usar tintas especiales e incluso obtener formatos más grandes.
Ahora bien, todo lo que imprimimos es igual y también los ejemplares salen húmedos, por lo que debemos esperar un tiempo considerable para su secado. También pueden producirse ciertas inestabilidades de color durante el proceso.
En cambio, si utilizamos la impresión digital podemos lograr tiradas muy cortas con mayor rapidez y ahorro con disponibilidad inmediata. Por tanto, no hay que esperar al secado, algo que es ideal para trabajos urgentes.
Además, el sistema admite soportes especiales, podemos imprimir hasta con tinta blanca e incluso ganamos en estabilidad del color gracias al densitómetro que tiene esta tecnología. Otro punto a favor importante es que permite la personalización de cada ejemplar, no todos salen iguales si no queremos.
En términos de calidad, con ambos sistemas conseguimos una excelente impresión, difícil de diferenciar. La principal ventaja de la impresión offset radica en su gran capacidad para realizar muchas copias en poco tiempo. En cambio, la impresión digital es mejor para cortas tiradas y de ejemplares distintos.
Así quedan, por tanto, los pros y contras de estos dos tipos de impresiones, de las cuales la más innovadora es la impresión digital. Nuestro Centro de Atención al Cliente os aconsejarán del más adecuado para tu proyecto impresión.